Cocktails
Los cócteles de la familia Bertrand son un concentrado de tecnicidad, viaje e instante.
La tecnicidad primero, porque el cóctel es un ejercicio de estilo que depende en lograr el equilibrio perfecto entre el coñac – el producto rey – su crianza y los demás ingredientes, entre el dulzor y la acidez, entre la arquitectura y la paleta aromática. Para que un VS o un VSOP encuentre su lugar, este equilibrio resulta de una mezcla de experiencia y curiosidad, invención y experimentación.
Un cóctel es un viaje que lleva al conocedor de la mano y con el paladar a un mundo aparte. De origen francésa y española, Thérèse, acompañada del estadounidense Seph, aúnan sus raíces y sus trayectorias por el mundo para idear sus recetas. La mixología implica esa parte de fantasía que cruza los husos horarios.
Queda la noción de un momento, en la tarde junto al mar, la noche junto a una chimenea crepitante, con un libro, amigos, música o risas. Teñido de emoción, el cóctel te offrece sabores que subliman ese momento. Chic y peculiar, un momento de desenfado y frescura, es finalmente una cuestión de belleza, un arte deliberadamente efímero: un cóctel se saborea con los ojos antes que desaparezca.
